El comercio local llena de vida los barrios de la ciudad

Fomentar el consumo local tiene beneficios económicos, sociales, sostenibles, alimentarios y de seguridad

Además de los beneficios económicos para tu ciudad o pueblo y de la comodidad de no tener que desplazarse a otros barrios, el comercio de proximidad permite crear lazos entre vecinos. La compra al comercio del barrio teje una relación humana y personal, en la que se genera el sentimiento de formar parte de una comunidad. Sin duda, se trata de un comercio que promueve la cohesión social, generando lugares de encuentro, y por lo tanto, de integración social, en los que se crean ciudades seguras y respetuosas con el entorno, porque la compra de proximidad también va de la mano de la sostenibilidad, al evitar el uso de vehículos contaminantes, y al comprar productos de cercanía que, en muchas ocasiones, tienen una clara apuesta ecológica.

El comercio local tiene cualidades y valores comerciales que ayudan a crear una ciudad cercana y segura. El conjunto de los negocios de la ciudad es activo y promueve constantemente actividades en las que se generan vivencias y experiencias únicas, haciendo que los ciudadanos se sientan bien en sus comercios.

El comercio de  una ciudad genera el 14,5% de la ocupación, el 15% del PIB y el 21,9% del tejido empresarial

Los comercios se preocupan por sus vecinos y es habitual encontrarse con espacios en los que se fomentan los hábitos de alimentación saludables, ofreciendo productos frescos y de calidad. En este entorno, también se apuesta por la accesibilidad, adaptando los comercios a las necesidades de todos los ciudadanos.

Con todos estos beneficios sociales, económicos y medioambientales, es importante apostar por políticas locales dirigidas a defender e impulsar el comercio de proximidad, con el fin de conseguir el fomento de un consumo responsable, basado en la sostenibilidad económica y social, así como en las relaciones entre el comercio y otros sectores estratégicos de la ciudad como son la cultura y el turismo. Lejos de algunos prejuicios, el comercio de proximidad de Barcelona demuestra como se ha sabido readaptar a los tiempos, durante siglos, y hoy está al día en tecnología, en accesibilidad, en multiculturalidad, en ocio y sobre todo, en humanidad, apostando por valores con los que crear una ciudad mejor.

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